Sobre el CCL Aniversario


RESEÑA HISTÓRICA

Desde el siglo XVII generaciones de fieles católicos onubenses se han reunido alrededor de las devociones marianas de la Merced y de los Dolores y de las cristíferas de las Cadenas y de Jerusalén y Buen Viaje para manifestar su fe y su compromiso fraterno. Originariamente como esclavitud mercedaria, servita más tarde, y posteriormente como cofradía penitencial, los hermanos de esta Corporación han venido dando testimonio de fe y estableciendo lazos fraternales entre ellos y, a través de los siglos, han sido capaces de transmitir su devoción y de mantener el culto público a Nuestro Señor Jesucristo y a su Bendita Madre, que es Fuente de Misericordia y Señora de sus siervos.

La Real, Ilustre, Venerable y Capitular Hermandad Sacramental de Nuestra Señora de la Merced y Cofradía de Nazarenos de Nuestro Padre Jesús de las Cadenas, Santísimo Cristo de Jerusalén y Buen Viaje y María Santísima de los Dolores (Grupo Laico de la Orden de los Siervos de María) está constituida como Asociación Pública de Fieles de la Iglesia Católica, que se rige por las disposiciones del Código de Derecho Canónico, por el Derecho Particular, por las Normas Diocesanas y por sus Reglas (Estatutos y Reglamento de Régimen Interno) y adquirió la personalidad jurídica civil mediante su inscripción en el Registro de Entidades Religiosas del Ministerio de Justicia. Esta corporación tiene su sede canónica desde tiempos fundacionales en la Iglesia del Convento de Religiosos Mercedarios Descalzos de Nuestra Señora de la Merced de la Villa de Huelva, hoy Santa Iglesia Catedral y Parroquia de Nuestra Señora de la Merced de Huelva, y su domicilio social en Huelva, calle Escultor León Ortega, nº 2.

Realiza su anual Estación de Penitencia en la parroquia de la Purísima Concepción de Huelva en la tarde-noche del Jueves Santo con 3 pasos. En el primero de ellos, conocido como de los de misterio, presidido por Nuestro Padre Jesús de las Cadenas, representa los momentos posteriores a la Coronación de Espinas, en concreto la Burla, recogido en el Evangelio de San Mateo 27, 27-31: «Entonces los soldados del procurador llevaron consigo a Jesús al Pretorio y reunieron alrededor de Él a toda la cohorte. Lo desnudaron y le echaron encima un manto de púrpura; trenzaron una corona de espinas y se la colocaron en la cabeza, y le pusieron en la mano derecha una caña; después, doblando la rodilla delante de Él, le hacían la burla, diciendo: ¡Salve, rey de los judíos!; y, tras escupirle, cogieron la caña y le golpeaban en la cabeza. Cuando se hubieron burlado de Él, le quitaron el manto, le pusieron su ropa y lo llevaron a crucificarlo». En el segundo paso, de los llamados de Cristo y presidido por el Santísimo Cristo de Jerusalén y Buen Viaje, procesiona Jesús muerto en la cruz. Y en el tercer paso, de los llamados de palio y presidido por Nuestra Madre, María Santísima de los Dolores, María al pie de la Cruz.

Sus orígenes se remontan a principios del siglo XVIII en el Convento de la Merced Descalza de Huelva, fundándose como Hermandad y Esclavitud de Ntra. Señora de la Merced, cuyas reglas fueron aprobadas el 22 de junio de 1754. Por otro lado, la devoción a los Dolores de Ntra. Sra. estuvo ya muy presente en la Huelva del XVII y XVIII, hecho que llevó a los padres mercedarios a iniciar las gestiones oportunas para fundar una V.O.T. de Siervos de María, y aunque no tenemos las fechas exactas en que se realizan estas peticiones, sí sabemos que por expreso deseo del Padre Comendador del Convento mercedario onubense, esta Esclavitud pasará a erigirse en Congregación de Esclavos y Siervos de María Santísima de los Dolores. Así, el 15 de diciembre de 1771 los hijos de la Merced de la Villa de Huelva obtienen la licencia del Prior General de la Orden de los Siervos de María, Fr. Francisco Raymundo Adamì, para erigir una Venerable Orden Tercera Servita. 

La erección y las Reglas y Constituciones que desde ese momento marcarán la vida interna de esta Confraternidad, fueron aprobadas por el Arzobispo de Sevilla el 20 de junio de 1772 y dieciocho días más tarde, el 8 de julio, la Esclavitud quedó agregada a la Archicofradía de Ntra. Sra. de las Mercedes por Decreto del R.P. Vicario y Superior General de la Orden de Mercedarios Descalzos de Cautivos, Fr. Joseph de San Bartholomé. Paralela a esta agregación, se gesta la fusión con la citada esclavitud de Ntra. Madre y Sra. Mª Stma. de la Merced, congregación fundada a comienzos del siglo XVIII, por cuanto los esclavos de Mª Stma. de los Dolores eran los apoderados de dicha cofradía, con sede canónica en el mismo convento, para pasar a formar una sola Corporación donde sus hermanos se alisten bajo la Bandera de los Dolores y Merced.

El Domingo de Ramos de 1792 se efectúa la primera salida procesional en Semana Santa de la Bendita y Milagrosa Imagen de María Santísima de los Dolores. Esto se traduce en la obtención del carácter penitencial, al pasar a formar parte de la nómina de hermandades que realiza estación de penitencia durante la Semana de Pasión en Huelva en las Parroquias de la Mayor de San Pedro y de la Purísima Concepción. 

Conocemos la primera salida procesional de la Virgen de los Dolores por el pleito mantenido entre la Confraternidad y los Beneficiados de la Villa en 1798. Del ajuar antiguo de la Stma. Virgen destacamos el terno bordado conocido popularmente como el conjunto isabelino, compuesto por manto, escapulario, saya, mangas y manguitos negros. Asimismo de estas primeras procesiones de los Servitas se conservan las varas de madera de la presidencia y el estandarte de la Congregación.

Sin olvidar nunca su origen y su espíritu servitas, mantenidos hasta el presente, plasmados en la figura de María Santísima, en la devoción a sus Dolores y en la admiración y veneración a la Madre de Dios, la obtención del carácter Penitencial, las inquietudes espirituales de sus congregantes, así como diferentes avatares históricos durante la primera mitad del siglo XIX, tendrían como resultado la incorporación de Nuestro Señor Jesucristo como Titular de la Corporación. Para ello los hermanos ponen sus miras en el Señor de las Cadenas, imagen de gran devoción que atesoraba la V.O.T. y que, de aquí en adelante, se convertiría en el titular Cristífero de la Congregación. Los cambios político-sociales de comienzos del siglo XIX influyen directamente en la vida de la Confraternidad, primero con la invasión francesa y después con los distintos usos del convento, hasta llegar a la exclaustración de la comunidad por la Desamortización de Mendizábal (1835). Se produce su reorganización en 1862 gracias al impulso del capellán de la Iglesia de la Merced, D. Francisco de Paula Monís. Por referencias documentales sabemos que a día 19 de Octubre de 1863, la Corporación mantiene como Titulares de la misma a Nuestra Señora de la Merced, a María Santísima de los Dolores y a Nuestro Padre Jesús de las Cadenas. Esta Confraternidad del Señor de las Cadenas y María Stma. de los Dolores es la continuación de la establecida por la extinguida comunidad del convento y goza, por consiguiente, de las prerrogativas que aquella señala en sus estatutos, como se refleja en las reglas de 1863 y 1881 y lo reconoce el Arzobispado de Sevilla en documento de fecha 3 de marzo de 1923.

Así llegamos al siglo XX, en concreto a 1912, año trascendental en la Hermandad con la elección de la Junta de Gobierno de D. Pedro Garrido Perelló. Será el comienzo de una época de esplendor que conformará la identidad de la Cofradía en la calle con importantes reformas y adquisiciones patrimoniales, como por ejemplo el paso de palio de María Stma. de los Dolores bordado, en su integridad, por D. Juan Manuel Rodríguez Ojeda entre 1915 y 1924. También se enriquece la vida espiritual de la Hermandad con el nombramiento en 1915 como Hermano Mayor Honorario del Arcipreste de Huelva, San Manuel González García, ferviente devoto de la Virgen de los Dolores. Misma distinción de honor la que recibe la Diputación Provincial de Huelva en 1922, fruto de la coexistencia de ambas instituciones en La Merced (la Diputación compró el antiguo convento en 1863). En 1941 la Junta de Gobierno acuerda incorporar a la devota imagen del Stmo. Cristo de Jerusalén y Buen Viaje, talla muy querida en el barrio de la Vega Larga.

Siguiendo una tradición secular, iniciada presumiblemente, con la reina Isabel II, y continuada con el infante D. Carlos de Borbón, y seguida por los reyes de España, el último de ellos S.M., el rey Don Juan Carlos I, que acepta  el título de Cofrade Mayor Honorario el día 15 de Marzo de 1976, la  Hermandad ostenta  el título de Real. 

En 1953 se crea la Diócesis de Huelva, designándose catedral a la iglesia de la Merced. El primer obispo de la Diócesis, D. Pedro Cantero Cuadrado, es nombrado Hermano Mayor Honorario, al igual que su sucesor, D. José María García Lahiguera. La especial adoración y culto al Santísimo Sacramento de Altar le valió a la Hermandad para adquirir el carácter Sacramental en 1998, con la particularidad de ser la Sacramental de la Parroquia de Nuestra Señora de la Merced y de la Santa Iglesia Catedral, y es la encargada de organizar la procesión del Corpus Christi de la ciudad junto al Cabildo Catedral. Por su íntima relación con este último obtiene el título de Capitular. 

En 1992 se conmemora el bicentenario de la primera salida procesional de María Stma. de los Dolores, cuya efeméride estuvo acompañada de un completo programa de actos religiosos y culturales que revalorizaron los carismas mercedario y servita de la Hermandad. También en 2005 se celebró, con diversas actividades, el IV Centenario de la llegada de los Mercedarios a Huelva. Finalmente, en 2012, tras más de un siglo, se reincorpora a la Hermandad la imagen de Ntra. Señora de la Merced, y en ese mismo año el Consejo de la Provincia Española de la Orden de los Siervos de María, reunido el 7 de febrero de 2012, acordó reconocer como Grupo Servita Laico a la Corporación, en atención al culto ininterrumpido a los Dolores de Nuestra Señora y en reconocimiento a su Historia, culto y tradición.

IMÁGENES TITULARES

La Hermandad es la única de la ciudad que consigue salvar íntegramente su patrimonio artístico y documental de la quema de imágenes y templos de 1936, ya que la iglesia de la Merced se encontraba junto al Hospital Provincial.

Nuestra Señora de la Merced es una talla de autor anónimo del primer cuarto del siglo XVII, atribuida según sus rasgos morfológicos a la escuela sevillana, en concreto al quehacer del escultor cordobés D. Juan de Mesa. Nuestra Señora tuvo que ser intervenida en el siglo XVIII para adecuarla a los gustos de la época. Documentalmente se tiene constancia de que en la década de los años 50 del pasado siglo fue restaurada por el escultor D. Antonio León Ortega. En 1997 se le eliminan los repintes pictóricos que ocultaban su belleza, dicha intervención fue realizada por la conservadora Dña. Cinta Rubio. En 2018 la imagen fue sometida a tratamientos de limpieza y conservación por el restaurador D. Pedro Manzano. La primera referencia documental de la Santísima Virgen data del año 1631. Las muestras de devoción se fueron sucediendo ininterrumpidamente desde entonces, siendo su devoción una de las principales en la Huelva del Antiguo Régimen. La Hermandad celebra en su honor función solemne el día de su festividad, 24 de septiembre, además de la Procesión Gloriosa que realiza anualmente el sábado siguiente a esa fecha.

Nuestro Padre Jesús de las Cadenas, advocación puramente mercedaria, es una talla anónima, aunque recientes hipótesis lo atribuyen, sin documentación alguna, a la escuela gaditano-genovesa. Nuestro Señor fue restaurado por D. José Antonio Roca en 1984, por el Taller Isbilia en 1994 y, finalmente, en 2015 fue sometido a una leve intervención por D. Pedro Manzano para adecuarlo al nuevo pedestal. La más antigua alusión a Nuestro Padre Jesús de las Cadenas es del siglo XVII, en el testamento de Catalina de San Diego de 1657. Los cultos que la Hermandad le dedica anualmente son el Besapiés el primer viernes de marzo, día del Señor Cautivo, y, en febrero, Triduo a Nuestro Señor Jesucristo, entorno a la solemnidad de los Siete Santos Padres Fundadores de la Orden Servita, en años alternos.

El Santísimo Cristo de Jerusalén y Buen Viaje es de autor anónimo, atribuyéndose, sin documentación alguna, a la escuela gaditano-genovesa. Existe constancia de una restauración en 1937 por D. Miguel Llacer, para adecuarlo a la procesión. Posteriormente fue intervenido en 1983 por D. José Antonio Díaz Roca y en 2011 fue sometido a una restauración integral en el I.A.P.H. bajo la dirección de D. Pedro Manzano. Su cita más antigua es de 1647, y la primera referencia escrita de la Cofradía del Stmo. Cristo de Jerusalén y Buen Viaje, se encuentra en el testamento de Diego Fernández Navarro de 3 de enero de 1653 en el que dice que «mando se le de limosna a la Cofradía del Santísimo Sacramento, Animas del Purgatorio y Santo Christo de Jerusalén dos reales de limosna a cada una por una vez». Los cultos que la Hermandad le dedica anualmente son el rezo del Vía+Crucis, el viernes anterior al Viernes de Dolores, y, en febrero,  Triduo a Nuestro Señor Jesucristo, entorno a la solemnidad de los Siete Santos Padres Fundadores de la Orden Servita, en años alternos.

María Santísima de los Dolores, imagen titular a la que esta Confraternidad ha venerado a través del tiempo, alrededor de la que se funda la V.O.T. de Dolores de la Merced de la Villa de Huelva, es una talla anónima de candelero para vestir. Tradicionalmente ha sido atribuida a la escuela sevillana, en concreto a Pedro Roldán y posteriormente a su hija, Luisa Roldán “la Roldana”, pero recientes investigaciones la acercan, sin documentación alguna, al quehacer de los artistas genoveses afincados en Cádiz. Las restauraciones de las que se tiene constancia fueron producidas en los años 50 y 60 del pasado siglo por D. Antonio León Ortega, en 1993 por el Taller Isbilia y en 2016 por el conservador y restaurador D. Pedro Manzano. Se encuentran sus primeras referencias a finales del siglo XVII, en 1689. Desde entonces, el pueblo de Huelva comenzó a profesar una gran devoción por la imagen de la Virgen de los Dolores, dando fe de ello las mandas testamentarias y fundaciones en su honor, las donaciones a la Stma. Virgen y a la decoración de su capilla, los enterramientos con el hábito de la Confraternidad ante su altar, la denominación de embarcaciones y, sobre todo, el milagro realizado en 1775 al platero D. Bernardo de Basconcelos. D. Bernardo se hallaba gravemente enfermo y desahuciado de los médicos, curándose gracias a la intervención de María Stma. de los Dolores y de S, Francisco de Paula, según rezaba un exvoto que se encontraba junto a su altar, un retablo fechado en el último tercio del siglo XVIII, de clara simbología servita, con relieve de San Felipe Benicio y con cartelas pictóricas que aluden a los Dolores de la Virgen. Los cultos que la Hermandad le dedica anualmente son un devoto triduo durante los días 12, 13, y 14 de septiembre y la Solemne Función del día 15 de septiembre, día en que la imagen está expuesta durante todo el día a la veneración de los fieles en solemne besamanos.

PATRIMONIO

La Hermandad mantiene una ingente labor de conservación y engrandecimiento del enorme patrimonio heredado de nuestros antecesores, tanto de orden artístico como inmobiliario. 

Instalaciones

En cuanto a las instalaciones, la Hermandad mantiene la Casa de Hermandad, necesario lugar de reunión de los hermanos acorde con el devenir de la Corporación, además del almacén de los pasos, del almacén de caridad y obra social y de la sala de exposición de los enseres artísticos, y colabora con el mantenimiento de su sede canónica, declarada Bien de Interés Cultural.

Enseres

El patrimonio artístico de la Hermandad es extenso, antiguo y de gran valor histórico y artístico. En el apartado de bordados, la Corporación conserva y mantiene singulares obras del insigne artista sevillano Juan Manuel Rodríguez Ojeda (primer cuarto del siglo XX), así como las piezas bordadas más antiguas de la Semana Santa onubense, datadas entre finales del XVIII y principios del XIX. Centrándonos en la labor de conservación de bordados históricos podemos incidir en el conjunto de bordados del paso de palio de María Santísima de los Dolores. Hace más de 100 años un grupo de hermanos de esta Hermandad puso las bases estéticas de lo que ahora es nuestra Cofradía, emprendiendo una obra de enorme magnitud: el maravilloso paso de palio de Mª Stma. de los Dolores, para lo que contó con el artista que revolucionó el arte del bordado en Andalucía, el sevillano Juan Manuel Rodríguez Ojeda. Así, en 1915 los onubenses pudieron comenzar a disfrutar de la increíble obra de arte que engrandecería desde entonces la Semana Santa de Huelva. Diez años de incesante trabajo se sucedieron para completar el magnífico conjunto de bordado que podemos disfrutar en el presente.

En los últimos años, con un esfuerzo desmedido, movidos por el afán de conservación de nuestro patrimonio artístico en el mejor estado posible, y tras consultar a diversos expertos en la materia (entre otros nuestro asesor artístico, el profesor titular de Historia del Arte de la Universidad de Sevilla, el Dr. D. Andrés Luque Teruel, uno de los mayores especialistas en la obra de Juan Manuel Rodríguez Ojeda), la Hermandad acometió la restauración del manto de salida de María Santísima, como primer paso para la restauración integral de los bordados del paso de Mª Stma. de los Dolores, una de las grandes joyas de la Semana Santa de Huelva, que ha sobrevivido a los embates del tiempo y a los avatares de la historia gracias al esfuerzo de los que nos precedieron.

El proyecto de restauración emprendido de los bordados históricos de la Cofradía trata de mantener una parte importantísima del patrimonio no sólo de nuestra Hermandad, sino también de la Semana Santa de Huelva, que es muy conocido y muy reconocido por su valía artística más allá de nuestras tierras onubenses. 

En cuanto a la orfebrería destacan obras de finales del siglo XIX y principios del XX, así como otras más modernas pero de enorme valor artístico: Manuel Seco Imberg, Orfebrería Delgado López, Orfebería Ossorio, Orfebrería San Juan, etc.

También el patrimonio pictórico es importante, con obras de artistas contemporáneos, que han servido de anuncio de diferentes acontecimientos de la Hermandad.

La Hermandad ha sabido mantener todo este patrimonio, restaurando piezas centenarias, y ha seguido engrandeciéndolo con obras de gran calidad artística, colaborando con artistas y artesanos contemporáneos (bordadores, imagineros, orfebres, pintores…) y ayudando a la conservación de oficios centenarios.

OBRA SOCIAL Y ESPÍRITU DE FRATERNIDAD:

La Hermandad tiene, entre otros, los siguientes fines sociales: la confraternidad y formación de sus miembros y el ejercicio de la caridad. En cumplimiento de nuestras Reglas, nuestra Corporación destina, al menos, un quince por ciento de sus ingresos ordinarios para obras de caridad y para las necesidades de la iglesia universal y diocesana. Por ello, nuestra corporación trabaja desde hace décadas en su labor de atención a personas con escasos recursos y colaborando activamente con instituciones benéficas (Aones Down, Ciudad de los Niños, ANDEX, Mi Princesa Rett, Asociación Española Contra el Cáncer, etc.), así como con instituciones diocesanas (Cáritas, Casa de los Milagros), contribuyendo a la promoción de la igualdad de los más desfavorecidos. Del mismo modo, la Hermandad ayuda, en la medida de sus posibilidades, a cuantas personas puedan necesitarlo: Pago de facturas, ayudas económicas puntuales, gestiones administrativas, etc.

La Hermandad no es ajena, pues, ni a la realidad y a las necesidades de sus casi 900 hermanos, ni a las de la sociedad que la rodea. Y, en este sentido, nuestra labor también contribuye al mantenimiento de costumbres y tradiciones y a la promoción socioeconómica y sociolaboral, con el sostenimiento de oficios artesanales, populares y culturales (apoyando a músicos, floristas, cereros y demás artesanos y artistas vinculados con la Semana Santa). 

Es muy importante destacar que, a pesar del esfuerzo ingente en el mantenimiento del patrimonio artístico, para el que una Corporación como la nuestra necesita toda la ayuda posible, la Hermandad centra su empeño en que el día a día no se vea afectado negativamente, y los proyectos y las actividades (señaladamente la obra social y demás actividades habituales) sigan avanzando con normalidad.

El espíritu de fraternidad, de hermandad, está presente en múltiples aspectos de la vida corporativa. La vitalidad de la Casa de Hermandad, que es lugar de reunión, de trabajo, de formación, lugar de encuentro donde proyectos comunes tienden al enriquecimiento espiritual de los hermanos, es una clara muestra de ello. Es la unión fraterna la que hace que los proyectos de la Hermandad puedan salir adelante, proyectos de engrandecimiento espiritual y patrimonial. La implicación de los hermanos, la unión y el esfuerzo común, posibilitan que se puedan realizar los cultos, las actividades formativas y de caridad y todos los proyectos -que son muchos- en los que se empeña la Hermandad.

Diversos grupos de trabajo funcionan todo el año: mantenimiento de enseres de la Cofradía (Mayordomía), grupo joven, comisión de orden, comisión de caridad, diputación de formación, comisión de cultos…  Pero no sólo se quiere fomentar el espíritu fraterno dentro de la  Hermandad, sino también fuera de ella: colaboración en el Consejo de Hermandades de Huelva, participación en los cultos de las distintas Hermandades de la ciudad y de la provincia, diversos actos de hermandad con otras corporaciones y la participación en las Convivencias Regionales de Hermandades y Fraternidades Servitas de Andalucía.

EFEMÉRIDE: 1771-2021 / 1772-2022

La Orden de los Siervos de María (los Servitas) fue fundada el 15 de agosto de 1233 en la ciudad de Florencia, por los, así llamados, Siete Santos Padres Fundadores, quienes pertenecían a una especie de cofradía dedicada a la veneración de la Virgen María. Inicialmente eran un grupo de amigos, que decidieron optar por vivir el Evangelio, ante la situación de caos y enemistad que por esas épocas se vivía en Florencia. Los cofrades tomaron el nombre de Siervos de María, porque el día de su fundación se celebraba en la Iglesia católica la Asunción de la Virgen. Poco tiempo después, el 13 de marzo de 1249, recibieron la aprobación del papa Inocencio IV. Los frailes adoptaron un hábito negro y la Regla de san Agustín.

Se dice que los Siete Santos Fundadores son un caso único en la Iglesia católica, pues son el único ejemplo de una orden religiosa fundada por siete personas y no por uno o dos fundadores. Los nombres de todos no se conocen con certeza, pero la tradición les ha llamado así: Buenhijo Monaldi, Bonayunta Manetti, Maneto dell’Antella, Amadio de los Amidei, Sosteño, Hugo, y Alejo Falconieri. El papa León XIII canonizó a los siete el 15 de enero de 1888. El más conocido de los siete fue Alejo Falconieri, quien vivió lo suficiente para ver expandida la Orden.

La aparición de numerosas congregaciones de espiritualidad servita en nuestra región a lo largo del siglo XVIII  tiene la peculiaridad de ser un movimiento principalmente laico y sin presencia de religiosos en Andalucía, a diferencia de otros grupos de seglares nacidos a la sombra de los conventos o monasterios de religiosos franciscanos, dominicos, o carmelitas. 

En 1668 se funda en Granada el primer grupo seglar servita andaluz, quizás por su proximidad con el levante español donde la Orden había establecido sus conventos. En 1720 se erige la Orden Tercera de Sevilla y en 1727, la de Cádiz. Y serán las grandes propagadoras de la espiritualidad servita en la zona del antiguo reino de Sevilla. en cuyas localidades proliferan las fundaciones servitas (hasta 20 en la actual provincia de Huelva).

El auge de la espiritualidad servita en Andalucía, la enorme devoción a los Dolores de Nuestra Señora presente en la Huelva del XVII y XVIII y especialmente la que profesaba el pueblo a la imagen de María Santísima de los Dolores venerada en la iglesia de la Merced, llevó a los padres mercedarios que regentaban el convento a iniciar las gestiones oportunas con la Orden Servita para fundar una Venerable Orden Tercera Servita, compuesta por seglares, y que debían regirse por las “Reglas y obligaciones que han de observar los que vistieren el Sagrado Escapulario, y se asentaren por Siervos y Esclavos de María Santísima Dolorosa”. Es la figura de María la que inspira desde el principio la vida de la Corporación. Todavía se conservan estas primitivas Reglas, que fueron publicadas en edición facsímil en 1992 con motivo del Bicentenario de la primera salida de María Santísima de los Dolores en Semana Santa.

En su larga historia, nuestra Corporación ha visto jalonado su devenir por numerosos acontecimientos y avatares que han marcado su existencia. Ahora, entre 2021 y 2022 la Hermandad conmemorará su 250º Aniversario Fundacional, a raíz del establecimiento de la Orden Seglar Servita en Huelva, verdadero germen de la actual Hermandad Sacramental de Nuestra Señora de la Merced, recogido en todas las Reglas que han marcado la vida de la Hermandad desde las de la Venerable Orden Tercera Servita de 1772, pasando por las Reglas de 1864 con las que se inicia el camino penitencial o las de 1899, y así sucesivamente hasta llegar a las de 2003 y sus posteriores reformas (2005, 2012 y 2014), y reconocido por el Arzobispado de Sevilla con el Decreto de 3 de marzo de 1923: “la Hermandad de Ntro. Padre Jesús de las Cadenas y María Santísima de los Dolores, establecida en la Iglesia de Nuestra Sra. de la Merced de Huelva es continuación de la supradicha Congregación de Siervos de María Santísima de los Dolores” (sic.). 

Dos fechas fundamentales marcan la efeméride que vamos a conmemorar:

El 15 de diciembre de 1771 los mercedarios de Huelva obtienen la licencia del Prior General de la Orden de los Siervos de María, Fr. Francisco Raymundo Adamì, para erigir una Venerable Orden Tercera Servita, Congregación de Esclavos y Siervos de María Santísima de los Dolores de la Merced de la Villa de Huelva, según rezaba en el sello utilizado en el siglo XVIII. En el Convento de S. Marcelo de Roma se firmaba la licencia para poder constituir dicha Congregación. Asimismo, junto con la “patente fundacional”, anexa todas las gracias, privilegios e indulgencias que, en adelante, esta Congregación poseerá.

Copia Patente Fundacional

El 20 de junio de 1772, la erección de esta Confraternidad fue aprobada por el Cardenal Arzobispo de Sevilla, Francisco de Solís Folch y Cardona. Dieciocho días más tarde, el 8 de julio, la Esclavitud quedó agregada a la Archicofradía de Ntra. Sra. de las Mercedes por Decreto del R.P. Vicario y Superior General de la Orden de Mercedarios Descalzos de Cautivos, Fr. Joseph de San Bartholomé. 

Muy pocas instituciones onubenses pueden, de manera documentada, tener la oportunidad de celebrar 250 años de existencia. Así pues, la Hermandad está inmersa en la preparación de un extenso y ambicioso programa de actos culturales y religiosos, acorde con la relevancia del acontecimiento y para los que cualquier ayuda será más que bienvenida. Centrándonos en los puramente sociales y culturales, podemos destacar los siguientes:

OBRA SOCIAL

Nuestra Hermandad siempre ha destacado por ello. Durante todo el año está cerca de los que necesitan algo más que comprensión y palmaditas en la espalda. El trabajo que realiza la comisión de Caridad es una clara muestra, y los hermanos de la Merced siempre hemos destacado por nuestro compromiso en este aspecto. Dice el recordado san Juan Pablo II en su Carta Apostólica “Al comienzo del nuevo milenio”: «Es la hora de una nueva imaginación de la caridad, que promueva no tanto y no sólo la eficacia de las ayudas prestadas sino la capacidad de hacerse cercanos y solidarios con quien sufre, para que el gesto de ayuda sea sentido no como limosna humillante, sino como un compartir fraterno«. El Jueves Santo, día de la Estación de Penitencia de la Hermandad es el día del Amor Fraterno, y nuestra Corporación intenta  demostrarlo también el resto del año. “Charitas Christi urget nos”: el amor de Cristo nos apremia. No debemos olvidarlo en ningún momento, e, indudablemente, esta es una fantástica oportunidad para recordarlo, mantenerlo y afianzarlo.

Por eso, la Hermandad, consciente de la difícil situación por la que está pasando la sociedad onubense, tiene la intención de asociar una obra social a la conmemoración del 250º Aniversario. Para ello dedicará un porcentaje de las aportaciones que pudieran provenir de entidades externas a la Hermandad, así como de los posibles beneficios de los actos que se realicen.

La Hermandad de la Merced, “Los Judíos” tiene una larguísima historia, con tanto pasado, y tan importante, que obliga a los que ahora pertenecemos a ella a trabajar sin descanso para mantener el nivel de autoexigencia. Y el trabajo está hecho con tanta fe, tanto amor y tantas ganas que podemos estar plenamente confiados en el futuro. Ahora, 250 años después de aquel 1771, seguimos intentando mantener vivas las devociones y las costumbres que nos enorgullecen, enriqueciéndolas, incluso. 

Cicerón decía que la Historia es maestra de la vida, nos enseña cómo éramos para explicar cómo somos y para intentar prever cómo seremos. La historia de la Hermandad está indisolublemente unida a la de nuestra ciudad, ha sufrido los mismos avatares que ella y ha sobrevivido a sus mismas circunstancias adversas: terremotos, epidemias, guerras… Y como parte de la sociedad onubense, ha compartido todos sus momentos de triunfo y de fracaso, siempre junto a los onubenses. Huelva es una ciudad maltratada por la historia, siempre a la búsqueda de su identidad. Las instituciones han sabido apreciar históricamente la labor de nuestra Corporación y, por ello, creemos que también deben estar involucradas en una celebración de la magnitud que conmemoramos ahora y que nos ayudará, como sociedad, a saber quiénes somos, la pregunta que quizá se haya repetido más veces a lo largo de la historia.

In Domina nostra Sancta Maria